10/5/09

Entre esos tipos y yo hay algo personal

ESTA NOTA TAMBIEN ES DEL PERIODISTA GERARDO FERNANDEZ QUE COMO YA LES DIJE TIENE EL BLOG http://www.tirandoalmedio.blogspot.com/ LA RECOMIENDO

Cualquiera que lea estas líneas desde el interior sabe muy bien de qué hablo.
Por empezar debemos coincidir en que no se es “Productor Agropecuario” y dirigente de la Sociedad Rural del pueblo por casualidad, por mandato divino o voluntad militante, nada de eso. Para serlo hay que reunir ciertas condiciones, y centralmente, cierta cantidad de hectáreas.
Los hay muy religiosos y los hay laicos. Algunos son muy católicos, de esos que te regañaban con la mirada cuando te ponías a joder en misa y devinieron en chupacirios irremediables. Otros van a misa lo mínimo indispensable, así como para cumplir, y están los que jamás pisan la Iglesia. Pero todos tienen denominadores comunes, y más que eso, tienen intereses comunes: Son muchachos que tienen bien clara su cuestión de clase. Saben que tienen mucho que perder y lo defienden con uñas y dientes.
En muchos casos, sus madres eran de las “Ligas de Madres de Familia”, y provienen de hogares que estaban suscriptos a la revista “Familia Cristiana” y La Nación.
Ya en la adolescencia comenzaron a tomar conciencia de quienes eran, cómo estaba caracterizada su familia y qué lugar los esperaba en la comarca. Y a medida que crecían iban tomando ese look tan pero tan típico de los chicos bien de la provincia de Buenos Aires, ese que describíamos ayer. Por eso en aquellos tiempos de Videla, Viola, Galtieri y Bignone era usual verlos estacionar frente a los boliches y bajarse con ese aire tan particular, con ese caminar medio como arrastrando los mocasines y mientras guardaban en el bolsillo del jean las llaves de la camioneta o el Falcon XP 221, se tiraban el flequillo para atrás, acompañando el movimiento del brazo con un leve reclinar de la cabeza levemente para el costado.
Chicos que en algunos casos parecían excitarse más mostrando cuánto tenían que con las minas.
Fueron los primeros en adquirir los autoestéreos Pioneer con esos parlantes potenciados y esos ecualizadores con tanto poder de fuego que iban a una cuadra y todavía seguías escuchando a Peter Frampton…
Obvio que también fueron los únicos privilegiados que pudieron comprarse esas motos Kawasaki, cuando se pusieron de moda allá por 1980. Llegaban a los pueblos y daban vueltas al pedo hasta que un coche se iba y les dejaba el lugar más visible para estacionar la joya, de modo que quedara como en una exposición para que la chusma se arremolinara sobre la máquina a elogiarla y babearse.Y digo que llegaban porque una característica estructural de los pueblos y ciudades chicas es que a estos pibes generalmente las minas del lugar no les dan mucha pelota porque los conocen y saben lo que les espera, entonces los viernes y sábados se iban a otros pueblos de la zona para ver si ahí obtenían resultados más decorosos con ese derroche de “mirá cuánto tengo” que practicaban dando cierta vergüencita ajena. Pero no había caso, las minas fueron siempre jodidas. Tienen una especie de radar que les avisa cómo viene la mano con estos forasteros tan bien motorizados y mejor vestidos. Por eso invariablemente terminaban bailando con el grupete de buenas mozas provenientes de un sector social que se conoce como “piojo resucitado”, chicas aleccionadas por madres y tías para conquistarlos.
Fueron a todos los campamentos que organizó el cura, tomaron la comunión y hasta llegaron a la Confirmación, etapa de la que muchos fuimos por suerte excluídos ya sea por mala conducta o por una preclara sabiduría de que esa no sería nuestra tribu.
En los pueblos los conocemos muy bien. Hasta sabemos qué hijos no reconocidos “de las afueras” son fruto de algún amanecer donde el sol los encontró “empapados en alcohol magreando a una muchacha”. Criaturas cuyos parecidos con el padre llegan a estremecer y que son criados por madres, tías y abuelas, todas “atorrantas que cobran un plan Trabajar pero no hacen nada…”
Han pagado costosísimos abortos en ciudades importantes, alejadas del terruño para que nadie lo sepa mientras el cura mira para otro lado, no vaya a ser cosa que se entere Dios.
Apoyan todas las redadas contra "las malas costumbres" (Me acuerdo ahora de "En lo de la mama Juana", de Higinio Mena, cantada por El Sabalero)
Son custodios de la moral aunque engañan a sus esposas y al fisco. Negrean a más no poder porque, al fin y al cabo ¿Para qué ir en blanco? ¿Para que la yegua esa mantenga a los vagos del conurbano?
Muchos son ingenieros agrónomos, veterinarios o contadores, y la mayoría intentó alguna carrera universitaria hasta que concluyó que la cosa pasaba por tomar las riendas del campo y se transformaron en “Productores”, lo que al menos en la provincia de Buenos Aires es lo más parecido a ser la patria misma.
Muchos estaban en la lona en el 2001, endeudados hasta las verijas y con el campo más en manos del Banco que de ellos, hasta que llegó Duhalde y de la noche a la mañana estaban salvados ("La cosechadora la terminó de pagar Duhalde", dijo uno de 25 de Mayo en el programa de Gelblung en Canal 26... No mi vida, la pagaron los miles de argentinos que se fueron al carajo, no Duhalde)
Sembraron con el 1 a 1 y cosecharon con el 3 a 1 y ahí empezó la orgía. De un día para otro y con la soja como objeto de salvación empezaron a ver guita como nunca en su vida, y ya sabemos que si hay adicciones fuleras, el dinero es una de las peores. Entonces los flacos ahora están flipados, muy flipados. Están convencidos que si no ganan fortunas son unos pobres diablos. Viven en una irrealidad tal que para ellos si los márgenes de ganancia no son del 100 por ciento, no es negocio, y lo peor es que están honestamente convencidos de que debe ser así….
Esta muchachada no sabe lo que es vivir alquilando la casa donde criás tus hijos. No sabe lo que es depender de un salario. En su visión falopeada de la realidad creen que si ganan un poco menos que los años anteriores están perdiendo plata. Y es así, están convencidos de eso porque se mal acostumbraron y creyeron que iba a ser normal ganar guita de una manera tan pero tan obscena. Entonces ahora son “rotonderos”, y la gente los ve mateando en el acceso de entrada al pueblo y los saluda con respeto, pero el que vende equipos de audio sabe que nunca le compran a él, que siempre traen todo de Buenos Aires; la que vende ropa sabe que cuando sus hijas cumplen los quince, el vestido nunca lo compran ahí; el del supermercado tiene que tomarles cheques posdatados a 30 días que ni siquiera cubren el 80 % de la deuda, pero los ve con auto nuevo y con el campo blanco por tanto silo esperando la suba de precios…
La gente los mira y gira la cabeza pensando que algunas cosas están patas para arriba. Pensando en que si estos tipos, con cuentas bancarias de siete dígitos y con un capital de cientos de miles de dólares andan armando tamaño quilombo desde el año pasado ¿Qué tienen que hacer ellos?
La gente los mira y yo lo escribo asumiéndolo sin duda alguna:
Entre esos tipos y yo hay algo personal

No hay comentarios: