28/2/12

Omar Bello y "la cola del chancho"

En los cursos de venta siempre se hace referencia a la “cola del chancho”. La “cola del chancho” es lisa y llanamente eso. La cola de un capón de 130 kilos. Quien ha tenido la oportunidad de frecuentar un criadero de cerdos y ver como se desesperan los capones cada vez que le van a dar de comer, habrá notado que la única manera de hacer mover a un animal de ese kilaje es tomándolo fuerte de la cola y llevándolo hacia donde quiere. Por eso se habla que en “la venta”, la “cola del chancho” siempre debe estar en manos del vendedor. A través de sondeos abiertos y cerrados, es el vendedor quien maneja la entrevista con el potencial comprador, y así rebate sus objeciones y consigue los objetivos.

Bien, Omar Bello ha tenido en Junín “la cola del chancho” (periodísticamente hablando) desde que llegó. Disfruta de eso, le gusta y es lo que lo sostiene (además de los intereses materiales). Podría hacer un buen espectáculo de Stand Up, adaptando su porteñez a la idiosincrasia de la pampa sojera, y le iría muy bien. Hay que reconocer que algunas cosas han cambiado desde su llegada, al menos puertas adentro del periodismo Juninense. A estas alturas es difícil decir si para bien o para mal. En definitiva, Bello, en lo que a mí respecta, es como ir a ver a los MIDACHI. Te reís un rato porque te lo imaginas matándose de risa mientras él escribe y luego… la nada misma. Una forma mucho más inocua que la utilizada por tanto escriba rentado, que priorizan las noticias o la opinión en desmedro del buen gusto por la escritura. Tampoco es que Bello sea García Márquez.

Cada tanto, cuando el lector se le quiere disparar, agarra bien fuerte “la cola del chancho” y les vuelve a vender el diario. Para eso no mide consecuencias, ni se ruboriza. Al mejor estilo de su amigo Darío Gallo (ex director del fracasado diario Libre de Perfil) es capaz de poner a Videla en la totalidad de la tapa de La Verdad  . Es como que cada tanto hay que tirar un par de granos de maíz, de más, para que la cochinada (o el gorilaje) no deje de consumir el mágico elixir que todavía los ayuda asentirse más “patricios”, republicanos, derechos y humanos.

Lo último que escribe Bello es su propio blog, el que le cede Perfil es una nota que pone de manifiesto lo más emocionante del anti peronismo. La crítica a la “liturgia”, la sorna al luto de la Presidenta y la mención elíptica (es publicista y sabe muy bien lo de subliminal) de que La Presidenta es como un vampiro que nos chupa la sangre a todos los argentinos. La nota se titula “Cristina: La mujer vampiro”. Bien, cómica, bien escrita. Creo que cualquier señora conservadora de bien, tranquilamente puede tener un buen orgasmo con la nota de Omar. Y en Junín, o sobran los conservadores o faltan orgasmos.

El bueno de Orwell ya nos contó en su "Animal Farm"  lo que pasa con los cerdos, en las granjas pequeñas como Junín. Mucho peor si están incentivados.
Los que, como yo, creemos que hay que dar a diario una gran batalla cultural que pueda revertir la concentración de la palabra, de a poco, con mucho trabajo, sacrificio, y embarrados hasta las orejas, estamos tratando de que los lechones… nazcan rabones.


1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Cómo? ¿Bello todavía está en Junín?
¿No era que ese "mártir" del periodismo iba a abandonar Junín por las "amenazas" y el "atentado" a su diario...? Que siga aquí, demuestra que NUNCA corrió peligro su integridad. Es más: hoy en su "editorial" sobre la Baro habla de su "olfato de viejo publicitario" o algo así. Eso plantea una interrogante ante cada una de sus columnas (creo que algo leí a poco de su llegada en este mismo blog): ¿Quién nos interpela? ¿el "periodista" o el PUBLICISTA?