¿En Junín ya nos olvidamos de Cabezas?

Sobre el atentado al Diario La Verdad, sobre la JUsticia en Junín, sobre el poder, los negociados y la droga.

Muy lejos estoy de creer que Omar Bello, director del Diario La Verdad, es como José Luís Cabezas. Quizá la única similitud que los ponga cercanos es que trabajaron (Bello aún lo hace) para la editorial Perfil. Y más lejos aún estoy de la línea editorial que plantea Bello en el diario. Quienes leen con frecuencia mi blog (http://www.importatuopinion.blogspot.com/), saben que siempre he sido muy crítico con el y también se lo he manifestado personalmente. Ahora bien. Me interesa que diga lo que tiene para decir. Aún cuando pienso lo contrario, quiero que tenga el derecho de decirlo. Por eso he militado y sigo militando la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, porque esencialmente creo en la libertad de expresión, en la diversidad de voces, en la democratización de la palabra.

Le reconozco a Bello que a partir de sus “espectaculares” notas con fotomontaje, algo fue cambiando en el periodismo de nuestra ciudad.

Ese cambio es obvio que ha molestado a alguien, y mucho. A tal punto que lo han amenazado de distintas formas. Incluso le sacaron fotos a sus hijos saliendo de la escuela en Buenos Aires. Un típico comportamiento mafioso. Ahora queman el diario. ¿Habrá que esperar que aparezca calcinado en un pastizal como hicieron con José Luis Cabezas?

Bello viene denunciando en las páginas del diario, un tema muy pesado relacionado con drogas y poder. El tema que el director del diario eligió como eje de investigación no es ningún secreto. En una ciudad de casi 100.000 habitantes, el micro mundo politizado es muy chico y todos nos conocemos. Eso si, nadie habla. Bello, como ha podido se las arregló para avanzar en el tema y fue quien hizo público el nombre de uno de los narcos de la ciudad que hoy se encuentra detenido imputado por el asesinato de su pareja de 21 años.

El periodista sufrió muchas amenazas y hasta operaciones que le armaron para presionar a los más altos niveles de la cúpula de la Iglesia Católica (El Diario es de la Curia). El cerco de corrupción y silencio que hay alrededor del poder en la ciudad de Junín impide que se pueda investigar más a fondo. Incluso, dentro del mismo diario hay empleados comprados por el poder juninense y otros que responden a Bello. Los últimos viven con miedo. 

Pero este clima de violencia, corrupción, negociados y droga no es nuevo en la ciudad. En Junín desde el año 2007 hay muchos delitos y confusos episodios relacionados a la violencia política que la justicia nunca esclareció. Desde la amenaza de muerte al Concejal Adrian Feldman, pasando por la golpiza al Concejal Traverso y al Concejal Kiernan, en adelante, la violencia se instaló como herramienta de presión dentro de la política juninense. Hace poco más de un año frente al sindicato de Empleados Municipales quemaron un auto. Luego intentaron quemar la radio que funciona en el mismo gremio. Amenazaron con un paquete a la periodista Mónica Olano y nada pasó.

El 28 de octubre de 2010 , cuando la muerte de Néstor Kirchner, frente al Sindicato de Camioneros apareció una pintada que decía: “Viva el Infarto”, y a los pocos días frente al local de la Coalición Cívica una pintada antisemita que decía “Maten al Judío”. Nunca un fiscal se sentó frente a una conferencia de prensa y explicó los porque del no avance en distintas causas. Nunca.

Hace apenas unas semanas, en pleno noticiero de Canal 10, al mediodía, en ocasión donde se difundía una información sobre un robo y un asesinato en el Corralón Municipal, un alto funcionario, colaborador directo del Intendente, ingresó a los controles del estudio y de una forma patotera exigió que sacaran del aire la nota. El conductor del noticiero avanzó y puso la noticia.

El sábado amaneció completamente quemada Radio Belgrano. Esta fuera del aire. Algunos que acusan de “loquito” a Daniel Rossetti le quitan importancia al hecho, pero la radio sufrió un atentado y hay compañeros que quedaron sin trabajo. ¿Qué se decía en la radio y a quien molestaba tanto?.

Hoy amaneció incendiado el Diario La Verdad. El director responsabiliza al municipio y nadie parece alarmarse.

¿Habrá que ir a reconocer el cadáver carbonizado de Omar Bello a una morgue judicial para que la justicia tome cartas en el asunto?

La pregunta que debemos hacernos es: ¿Como es que en los últimos cuatro años el clima de violencia política se apoderó del lugar que debe ocupar la discusión y el debate?

La respuesta, la justicia debería empezar a buscarla en las notas que el diario publica, en los indicios que da sobre cierta complicidad entre los sectores de poder, la droga, la noche y los negociados en la ciudad. Es obvio que si alguien quema un diario es porque no quiere que ese diario siga diciendo lo que dice.
Desde los sectores responsables de este atentado ya están haciendo circular una versión sobre un conflicto gremial en el diario. Se sabe que no es así. El Secretario General de APENOBA (Sindicato de trabajadores de Prensa), Beto Carreras, repudió el atentado y recordó que el diario es fuente de trabajo de 100 familias de la ciudad.
Mientras tanto, la sociedad debe tratar de identificar, como puede, (porque pocas esperanzas hay en la Justicia Local) a quién está detrás de esto. Quien es el lobo con piel de cordero que “vende” diálogo, democracia y transparencia, y luego por la noche manda a los matones.