16/6/11

Si Cristina es Capitana, no la dejemos sola.

El Scrum es uno de los momentos de mayor coordinación, compromiso y solidaridad dentro de un partido de Rugby. El jugador que oficia de Hooker pone la fuerza que le dan sus compañeros en pugna con su par adversario y allí se disputan cada centímetro con el objetivo de ganar la pelota.
Se requiere mucho valor y confianza en sus compañeros para soportar los entre 800 y 900 kilos de fuerza de un lado y de otro. La lealtad de cada uno de los pilares, los alas y los segundas líneas son escenciales a la hora de tamaño esfuerzo. El error o la falta de compromiso genera lo que se conoce como colapso (el quiebre hacía abajo de la formación), un incidente frecuente que puede ocasionar lesiones, que en algunos casos resultan faltales.

Posterior a la traición de Cobos y en pleno avance de las corporaciones sobre el Gobierno asumido algunos meses antes por Cristina Fernandez, hubo que trabajar muy duro para conseguir 15 valientes que se pusieran la camiseta del proyecto político inaugurado por Néstor Kirchner.
En el barro del escenario político de esos momentos, los que formaron el Scrum con Cristina como Hooker, actuaron más por instinto que por racionalidad. De allí, desde la desventaja absoluta, con toda la hinchada en contra, nacieron la lealtad, el compromiso, la convicción y la valentía de ir hacia adelante disputando cada milímetro con un coraje inigualable.
Cansados, sorprendidos, heridos, desolados, esos jugadores lograron lo imposible; dar vuelta un resultado puesto, cantado y deseado por los poderosos históricos.
No fue un primer tiempo fácil. En la disputa hubo rupturas, desencuentros, deserciones, y hasta uno de los mejores jugadores entregó su vida. Pero nunca lograron el colapso de la formación. Nunca pudieron quebrar la espalda recta de cada uno de esos protagonistas que evitaron que La Capitana pusiera la cabeza contra el piso.
Cada vez que se arremetió contra el proyecto político con todo el poder de fuego, se pudo sostener la fuerza de ese armado implacable que no retrocedió jamás.
La hinchada fue reconociendo eso, y de a poco empezaron a darse vuelta las cosas.

Hoy, con algunos recambios y otras estratégias, se encuentra en curso el segundo tiempo. La Capitana está fuerte, aún cuando falta un jugador tan decisivo como Néstor. Ella sabe que no hay que relajarse, que no hay ningún partido ganado y que la posibilidad de colapso en ese Scrum puede darse en cualquier momento si alguno de los que la sostienen flaquea, o no le pone compromiso, lealtad, convicción. Ya lo dijo varias veces esa compañera. "Sola no puedo".
Algunos jugadores, tribunean, otros salieron de farra y las piernas le fallan. Están los que creen que ya está ganado el partido y dan ventajas. Pero cuidado.

La ventaja que Cristina sacó en las encuestas no es una elección ganada. El poder de los medios sigue siendo el mismo. El de las corporaciones también, y hasta saben de las consecuencias de perder.
Muchos compañeros se han relajado. Muchos piensan en su orga y no en soportar los 800 kilos de fuerza del adversario. Así, otros se sobrecargan y se acobardan. También hay quienes gastan a cuenta, y la cabeza de La Capitana es la misma.

Es momento de retomar el instinto de lucha que prevaleció en la adversidad, el que hizo que sin pensar en las consecuencias se fuera para adelante, y no estar cuidando el cuerpo para el tercer tiempo.
Volver a la sed de conquista por la conquista misma y nada más. Por el orgullo de no flaquear ante los sectores más privilegiados, sólo por estar convencidos que otro país más justo no es una utopía.
Los enemigos del pueblo tienen compardos los arbritros, contratan una hinchada impostada y tienen los derechos de transmición. Nosotros solo nos tenemos a nosotros y a nuestros muertos por la misma causa. Honrémoslos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me preocupa especialmente el proceso de burocratización de sectores militantes, viejo problema irresuelto de los partidos populares que acceden a espacios de poder en el Estado.
Quizá también haya cierto aire de triunfalismo en los demás, pero también hay que considerar que la guardia no se puede mantener alta tanto tiempo y eso creo que la Presidenta lo sabe y no deja de producir hechos políticos directamente en la sociedad con resultados de apreciación inmediata (casas, trabajo, obras, emrpesas, etc), por lo que me alarma mucho menos.

Buen llamado de atención el suyo.

pato dijo...

Es así, no se gana hasta que se termina el tiempo recuperado, y una vez con el resultado puesto lo que nos queda es seguir pensando en cómo jugar cada día mejor. Hay capitana, entrenemos a más jugadores y alentemos en todos lados.

Anónimo dijo...

La capitana abandonará el barcooo! :D

Anónimo dijo...

Dejándolo seguro y amarrado!!