El diccionario define a la palabra duda como "vacilación e indecisiónante varias posibilidades".
El manto de duda que cubre a varios de los dirigentes opositores es, a esta altura, un hecho incomprensible frente al desafío que tienen de cara a las elecciones de octubre próximo.
Solanas y Macri dudan sobre si ser candidatos presidenciales o disputar la jefatura de gobierno de la ciudad autónoma.
Alfonsín duda si aliarse o no con De Narváez, mientras lo observan con desconfianza sus eventuales socios en una nonata alianza, el Socialismo y el GEN.
Solanas aspira a conformar un frente con estos dos agrupamientos, pero no quiere saber nada con la UCR.
Sanz duda si presentarse o no el 14 de agosto en las primarias obligatorias, mientras que Cobos se muestra dubitativo respecto de su futuro político, a tal punto que no descarta ser candidato a diputado nacional por su provincia natal, Mendoza.
Estos dos dirigentes no le hacen asco a una eventual alianza con Macri o Duhalde en el marco de su cada vez más claro alineamiento con la derecha más reaccionaria.
Mientras tanto, el tiempo transcurre inexorablemente y el gran opositor del gobierno, el Magnetto de Clarín se despera ante tantas vacilaciones. Ya no sabe que hacer con esos postulantes frustrados a la presidencia. Les dispensa un trato amable en ese medio gráfico y en TV y radio, pero NADA.
No hay una idea, una propuesta. No convencen a nadie, no transmiten nada salvo la sensación de que estamos frente a una dirigencia desperdigada, sin rumbo, incapaz de motivar a siguiera una parte del
electorado.
Dudan, vacilan, se muestran perplejos ante una presidenta en pleno ejercicio de sus atribuciones, produciendo hechos, convocando a una amplia participación transversal. Y eso que aún Cristina no ha dicho si aspira o no a la reelección. Y esto a muchos de aquellos sujetos lo desespera.
Solanas, por ejemplo, ha dicho que cree que no se presentará a un segundo mandato y que, por lo tanto, el kirchnerismo tendrá dificultad en hallar a un reemplazante que asegure el triunfo de octubre.
Pino debería ocuparse de su propio espacio al que está sometiendo a innecesarias tensiones por su propia incertidumbre. Seguramente, muchos de quienes lo votaron en 2009 apostarán al kirchnerismo, luego que con su actitud de obsecuencia ante aquel grupo mediático defraudó a muchos votantes que creían en sus posiciones de centroizquierda.
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