La política del marketing. La política del armado a partir de un publicista, de focus group y encuestas de como hay que reír, llorar y cuantos morochitos hay que besar por día. La política de piso de tele, de entrevista garpada. La política sin territorio.
Eso es, en términos de como se debe trabajar políticamente, lo que nos dejó el Menemismo. No importa ni como, ni cuando, ni de donde venís, ni que pensas. ¿Mide? Dale, metele para adelante...
La sorpresa llega, cuando por fuera de todos los pronósticos de los más encumbrados vendedores de políticos de las mejores agencias de publicidad del país, los números no dan.
Los "creativos" de agencia, que venden de la misma manera un proyecto político que un jabón en polvo o un supermercado, también están encapsulados en su micro mundo de Country, Panamericana, Puerto Madero y viceversa. Velerito los sábados y shopping los domingos.
Pero por abajo, bastante más abajo de lo que los nuevos "dirigentes armados" podrán llegar a ver jamás, existe la gente común, el laburante que toma en Merlo el Sarmiento y el 68 corriendo en Once para llegar a horario a su trabajo de dos lucas y media, después de haber viajado casi dos horitas parado y apretado.
El “político de agencia” no estudia la problemática de la población. Se instala
El “político de agencia” no participa en una contienda electoral. Juega
El “político de agencia” no debate con sus pares las ideas. Se posiciona
Así pues, sucede, que luego de un choque frontal con la realidad a 230 Km. por hora y sin airbag, es que ya no “juegan más” y “se bajan”.
¿De donde se bajan?
Se bajan de ese lugar virtual que el “creativo” de la agencia lo hizo subir. O sea se bajan de donde en realidad nunca estuvieron subidos.
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