Vengo pensando hace algunos días, como escribir lo que quiero decir para no tener que bancarme puteadas de un ejército de boludos que me trate de censor o facho.
A mi no me gusta la Revista Barcelona. Eso tiene el mismo valor que puede tener que no me gusten las empanadas de jamón y queso o los palmitos arriba de una pizza. O sea nada. Sería muy pretencioso autorreferenciar y desde mi gusto decir si algo es bueno, malo, lindo o no.
Tampoco me gusta el programa de radio que hacen los mismos de la revista en la Radio Pública. Menos me gusta. Cosa que también merece el mismo tratamiento que mi disgusto por la revista.
Ahora bien, una vez aclarado que tengo un prejuicio desfavorable hacia los dos “productos”, trataré de fundamentar algunas cosas que pienso sobre Marchetti en particular y el programa en general. Con la revista no me voy a meter porque está pensada y distribuída en grandes centros urbanos y por lo tanto es eso. Que se yo... de vez en cuando la ojeo como para corroborar que no me gusta pero no me meto. Es un emprendimiento privado, asumen los cargos, la ponen en los kioscos y el que quiere la compra y punto.
Pero el programa es distinto. ¿Qué? ¿Que voy a decir que se hace con plata de mis impuestos?... me extraña chango... no va por ahí la zanellita 50.
Lo que siento es que ese programa de radio en la “Radio Pública” está como descolgado de todo. Es lo menos federal que se escucha en cualquier radio. No me imagino que en Viedma, Salta, Santo Tomé, La Quiaca, Las Lomitas o Río Mayo (por nombrar algunas de las emisoras que toman la programación de LRA1), los oyentes puedan interpretar la ironía muy porteña de Marchetti o su compañera. Y no lo digo sólo por tener incorporada la idiosincrasia del interior del país, sino porque desde la ironía y el humor se pueden tocar algunos temas, pero no todos.
El chascarrillo que Pablo Marchetti y su equipo de trabajo hacen todos los días al final del programa, cuando presentan la “últimas novedades en la búsqueda de Julio López”, es un límite que el humor no debe traspasar, y mucho menos en el caso de ese programa, que lo hace desde un lugar de crítica burlona a un estado, que todos sabemos que ha trabajado y trabaja en DDHH como ningún otro. Es el típico recurso de correr el arco que emplean sectores como de Tumini, Donda, Merchan o el Huevo Ceballos, casualmente muy cercanos a Marchetti.
Cada vez que escucho esa ironía me pregunto si algún familiar de López estará escuchando, como lo tomará, si le producirá el humor que los animadores del programa quieren provocar.
O, por citar otro ejemplo, la mirada del conductor sobre la minería en San Juan, que en este video vemos como Sandra Russo lo “ubica”. Marchetti descarta que en la provincia de Giogia miles de manifestantes de la ecología marchan apasionados contra la empresa minera que contamina con cianuro. Un pensamiento mágico que demuestra que no conoce la realidad de miles de Sanjuaninos que están muy conformes con trabajar y vivir de la minería. ¿Qué hay que cambiar eso? Si claro, nadie lo duda, pero mientras el progresismo autista quiere cerrar la mina hay que encontrar con que plata se le ponen papas a la olla de los trabajadores. Otra corrida de arco.
No sé como María Seoane tomó la decisión de entregarle media hora central a ese programa, que está justo al medio de un prócer como Larrea y de un excelente programa de análisis de medios como Tinta Roja. Quizá la decisión de la actual directora de Radio Nacional, en parte tenga que ver con algunas puntas que tira Lucas Carrasco en este post.
A mí me tiene un poco cansadito este cantito de progresistas irónicos que hacen del onanismo comunicacional una costumbre y además lo venden tan bien que tienen rebote en otros programas. Mientras que muchos trabajadores de prensa que analizan, investigan y denuncian desde el humor o de cualquier otra forma amontonamos nuestros culos en FM de pueblos, pequeños pasquines o blogs, poniendo la cara y el cuerpo por convicciones y sin otra pauta que la de una despensa.
¿Qué?, ¿Qué quiero trabajar en Radio Nacional en lugar de Marchetti? No… la zanellita tampoco va por esos senderos. Tranquilamente podes darle más tiempo de aire a Tinta Roja y listo.
Lo que creo es que en plena batalla contra las corporaciones, entregar media hora del mediodía a un grupo de adolescentes rebelditos que ironizan sobre “todo” es dar una ventaja bastante grande.
5 comentarios:
A mí me da la impresión de que Barcelona, como revista, es un muy buen producto pero su programa de radio -al que le apuntás en la entrada- no. Sin embargo, por motivos distintos.
Me parece que el programa Radio Barcelona falló en llevar el formato humorístico de lo que tan bien hacían en la revista al éter. Hace algunos meses que no lo escucho, pero las primeras emisiones fueron casi una prueba de estudiantes (silencios torpes, mal uso de los tiempos o remates que no son graciosos porque desconocen las reglas propias del soporte).
Es sólo mi impresión. Un saludo
PD: Yo también creía que lo de López había pasado una raya fuerte, sin embargo después me puse a pensar si esta no era acaso la única forma de traer el tema a colación, o, dicho de otra manera, que el chiste de que el gobierno no encontró a López es el único lugar más o menos masivo desde el cual se lo sigue recordando. Yo les estaría, incluso, agradecidos.
A mí me da la impresión de que Barcelona, como revista, es un muy buen producto pero su programa de radio -al que le apuntás en la entrada- no. Sin embargo, por motivos distintos.
Me parece que el programa Radio Barcelona falló en llevar el formato humorístico de lo que tan bien hacían en la revista al éter. Hace algunos meses que no lo escucho, pero las primeras emisiones fueron casi una prueba de estudiantes (silencios torpes, mal uso de los tiempos o remates que no son graciosos porque desconocen las reglas propias del soporte).
Es sólo mi impresión. Un saludo
PD: Yo también creía que lo de López había pasado una raya fuerte, sin embargo después me puse a pensar si esta no era acaso la única forma de traer el tema a colación, o, dicho de otra manera, que el chiste de que el gobierno no encontró a López es el único lugar más o menos masivo desde el cual se lo sigue recordando. Yo les estaría, incluso, agradecidos.
El video que remite al breve intercambio que tuvo con Sandra Russo es una buena síntesis, a mi juicio, de las limitaciones de Pablo Marchetti.
El programa de radio, que intenté escuchar un par de veces, transita entre la voz monocorde (con pretenciones irónicas) de la acompañante de Marchetti y las pioladas de este último.
Obviamente, no es más que una opinión, la mía.
Seguramente, las autoridades de Radio Nacional sucumbieron ante el humor irresistible de Marchetti.
saludos,
juan
Quizas, querido amigo, vos no podes decir lo que yo si. PM es una basura. Vi varias veces el musical Mueva la Patria que él guionó porque la protagonista es una artista brillante y muy amiga. En esa obra San Martin es un consumidor de láudano y Belgrano solo un cobarde y gay de voz aflautada.. Que vaya a Radio 10.
Perder el tiempo criticando a este muchacho, eso es dar ventaja.
meterse con la plata de los demas, tambien es dar ventaja.
como dice Fede / Billie, probablemente la ironia sobre la busqueda de julio lopez sea el unico cachito que le dan los medios a esta problematica.
Es cierto, es horrible y duele pero por lo menos alguien se acuerda.
No cobrar un sueldo por escribir no da derecho ni te transforma en un opinador libre, las limitaciones y los pruritos siempre estan y estaran.
el teatro de titeres, te lo podes creer, pero siempre, siempre, tarde o temprano, vas a ver los hilos
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