De vez en siempre me pregunto, si soy Kirchnerista o Critinista, a partir de la implementación de las medidas que Néstor y Cristina impulsaron, o sin con algunos matices, Néstor y Cristina son partidarios de mis pensamientos. No, no... en serio, no es fanfarronería.... Porque de alguna manera, el matrimonio que vino de la Patagonia empezó a hacer cosas que muchos de nosotros pedimos o luchamos, o se nos ocurrieron. Sin desmerecer ehhh. No es esto de socialista pelotudo. Yo creo que las ideas son buenas, pero si no se ponen en práctica...
En fin. Lo que relató Lucas Carrasco en este post, acerca de la “preservación”de Maria Seoane, la verdad que es una cagada. Creo que Lucas, aún cuando a veces no coincido en algunas cosas, es la síntesis perfecta de lo que hoy expresa una juventud distinta a la de los 90. Eso ya es toda una revolución. Y no creo que sea así por un contrato. Creo que era así antes. Incluso cuando otros periodistas, hoy Ultra K (pero preservados), eran ultra otra cosa, cualquier otra cosa. Y no doy nombres sólo por no romper filas hoy, donde se necesita cohesión.
Lo que pasa es muchas veces da bronca ver como la pauta oficial que sale para el interior se dirige en gran medida a los medios del establishment de cada ciudad (que escriben cosas como esta) y los que ponemos la cara por el proyecto político nacional, vemos como pasan los cheques de TELAM.
Está claro que, como somos idealistas, siempre vamos a estar alineados y dispuestos a defender lo que siempre defendimos, sin cheque, sin contrato. Los pavos de siempre. Somos los que nos resistimos a comer un asado en una parrilla eléctrica, porque nos gusta la tertulia del fueguito, el crujir de la leña cuando va quemando. Mientras los vivos se atoran con lo que viene de arriba de una parrilla cualquiera.
Seoane ya tuvo problemas con Sandra Russo. Y los que leemos a Sandra desde hace mucho tiempo sabemos que está de este lado, de los comemos a vino lento en el fogón.
Los de la Revista Barcelona son los típicos porteños que hacen quedar mal a todos los porteños. Subsisten porque esa ciudad es generosa con los boludos y en el amontonamiento no se notan. Comen un patti de parado y además de recibir los favores de NUESTRA RADIO PUBLICA tienen de mecenas a los Tumini Boys. Lo quiero ver al gordito, todo así tuneado de rebelde, pidiendo una publicidad en pleno quilombo con lo del campo en “La casa de las Cosechadoras” para bancar un programa de FM en Junín que denunciaba lo que hacían los mandamases sojeros.
No será el momento de ir a fondo justo ahora, que estamos a 9 meses de la posibilidad de prolongar por cuatro años más el proyecto político que defendemos. Pero si RTA quiere tomar medidas de fondo para sostener una batalla cultural que estamos dando como podemos (y que ya probamos que da resultado) es hora que se empiecen a correr los que se preservan para darle paso a los que ponemos todos los días la caripela en una ciudad donde nos saludan hasta los perros (nos gruñen), y por lo menos respeten, ya que pauta no hay.
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