HAY QUE HACERSE EL BOLUDO, PERO NO TANTO... PORQUE SE NOTA

Joaquín Morales Solá, (en Clarín y La Nación de este domingo pasado) pone en boca de Felipe Solá dos definiciones que lo acercarían al Kirchnerismo y quebrarían, el ya ridículo, peronismo antiperonista que conforman tipos como Romero, Rodriguez Saá, Duhalde, y sigue la lista.
Según Solá, Joaquín, el diputado nacional bonaerense y precandidato a Gobernador por el Peronismo Federal, Solá, Felipe, dice que "ningún candidato por este espacio puede aspirar a algo serio", y remata: "No tenemos juventud, no tenemos militancia, no tenemos intelectuales y no tenemos liderazgo". Una sentencia lapidaria.

Fue célebre la frase que Felipe Solá instaló en el mundo de la política, cuando muy sonriente le confesó a un notero de CQC, hace unos años, que para mantenerse tantos años cerca del poder “había que hacerse el boludo”.

Claro que una cosa es hacerse el boludo y que no se note y otra es traicionar un proyecto político y no querer pagar la factura.

La muerte de Néstor Kirchner, pareciera ser, a medida que pasan los días, una muerte más reveladora y militante de la que muchos pensaban.

La necesaria revisión de su presidencia, ha hecho reflexionar a muchos “confundidos” y un amplio sector de la sociedad se inclina a pensar que no era tan malo y que vale la pena seguir por este camino.

Dentro del amplio abanico del 60% que ve como positiva la gestión de la presidenta, se destaca el sector sub.-40, que apoya ampliamente muchos avances de Néstor y muchos de Cristina. Es una generación nueva, distinta, que está habituada a redes sociales, a debates despojados de viejas deudas partidarias y que ha puesto a consideración todo. Una de las cosas que ha cuestionado este enorme grupo es la veracidad de los medios, así ha logrado ejercitar la memoria y no perdonar algunos sigzaguéos inexplicables y oportunistas en nombre del pragmatismo de la construcción.

Solá, Felipe, salvo que se valla con escándalo del peronismo antiperonista, salvo que pida disculpas al pueblo argentino por estar a favor de intereses corporativos, y vuelva a ocupar el lugar que le corresponde a quienes privilegiaron la oportunidad por sobre la causa, es muy difícil que sea aceptado por “la gente”.

Porque es verdad que muchos se han hecho, se hacen y se seguiran haciendo los boludos. Pero hoy, una nueva generación en la política, la nueva militancia, no pasa tangencialmente las coyunturas. Analiza, discute, propone, se alegra, se entristece y no olvida.

Quizá muchos se puedan hacer los boludos, pero lo que tienen que saber es que hoy se nota.