Recuerdo que cuando empecé a leer algo sobre periodismo y a entusiasmarme con la idea de, algún día, poder vivir de la profesión (ahí quedó el entusiasmo nomás) me imaginaba imitar a próceres de la talla de Rogelio García Lupo, Masetti, Bayer, ni hablar de Walsh y todos los que ustedes se imaginan.
¿Como concebir el periodismo sin los condimentos de la verdad, la curiosidad , la investigación, el análisis?... en fin, una especie de sacerdocio de la información al servicio de la justicia, la verdad y la gente.
La actualidad de los dos diarios de la ciudad de Junín es para catalogar de patética. Los directores tirándose con editoriales desde lejos en una especie de discusión de vecinas en batón barriendo la vereda en chancletas.
El diario Democracia, que viene desde hace rato vociferando que el diario La Verdad no paga impuestos, no sabe qué hacer y de impotencia (las ventas no lo acompañan según este informe) le “sacude” a su competidor con esta editorial donde dice que ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) y la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) han reclamado ante la justicia y que Radrisani (Arquidiócesis Mercedes-Luján) dijo tal cosa y que tal otra y bla bla bla.
Lo que no dice Democracia es que la única y verdadera razón (justificada ante las autoridades impositivas, mal que les pese) es que La Verdad está inscripta como un “Diario Confesional”. Algo así como la revista de los Testigos de Jehová “El Atalaya” o la revista Evangélica “Andamio”. Claro que hay que reconocer que La Verdad tiene algunos avisitos más. Algo así como el 60% de la superficie del diario es publicidad.
Democracia tampoco dice ni publica nada sobre el tema Papel Prensa, hijos apropiados de Ernestina o cualquier otro tema que roce a su socio en ADEPA, y Multicanal.
Bello (director del diario La Verdad) ha sabido ser un poco más inteligente en otras oportunidades. Esta vez, cuando respondió a la editorial sin firma de Democracia, lo hizo caliente y se noto en la pluma.
En esta respuesta el director de La Verdad bajó al barro y les mojó la oreja volviendo a publicar hasta su número de celular e invitándolos a que se lo digan cara a cara, como imagina que lo haría el fundador. Aún así les tiró un zapato y una piedrita por la cabeza y les puso al bueno de Moisés en la foto (una especie de venganza por la del cura en ADEPA). Todo esto derrapando en su tradicional estilo de estar ubicado más allá de todo, con alta temperatura y poco tiempo.
Lo curioso es que sobre el tema del pago de impuestos tampoco dice que el diario está inscripto como “confesional”, lo que es casi una burla en la cara de los herederos de Lebensohn. Es como decirles "Calechu!! calechu!!! ADEPA no nos pudo probar nada!!! Sigan participando", y como para tirarles alguna tierrita más los interpreta como discriminatorios (conociendo el paño de una sociedad muy católica).
Lo que me llama la atención es que no hay una discusión por los valores del periodismo, ni un profundo planteo por el contenido de las notas, ni una disputa por la primicia, ni competencia por las fotos. La discusión es únicamente por guita.
El debate que gran parte del periodismo argentino hoy está dando sobre el rol de la profesión y la posibilidad de repensar los medios , acá no figura ni a los postres.
Acá la peleíta es por plata.
Es pertinente recordar que hizo falta la formación de un Sindicato de Trabajadores de Prensa para que regularizaran la situación de sus colaboradores, y que aún así uno de los dos diarios está bastante atrasado con el tema y sólo puede argumentar que el Secretario del gremio está accidentado. Pero no hubo ni valores democráticos ni cristianos con los trabajadores hasta que una organización gremial les metió presión para que traten a los empleados con el mínimo de dignidad.
No recuerdo editoriales por ese tema.
Pero en este caso, donde se discute la moneda, no se ponen colorados en hacer públicos sus intereses personales. Según Humberto Eco, la Televisión nos dice: “Estoy aquí, yo soy yo y yo soy tú.” En el caso de los diarios Juninenses parece igual.
Me gustaría ver una buena editorial que explique el silencio de la iglesia católica sobre los casos comprobados de pedofilia que han protagonizado varios curas en la tapa de La Verdad y una sobre los reconocimientos explícitos de Moisés Lebensohn hacia los avances sociales que introdujo el Peronismo.
Pero no creo que lo vea. Será por las “mañas” que tienen ambos matutinos, esas producidas por ser dirigidos por abogados y publicistas, en lugar de periodistas.
Gustavo Romans
Gustavo Romans
No hay comentarios:
Publicar un comentario