1/7/10

MAURICIO MACRI Y LA EQUIVOCADA HIPOTESIS DEL PROGRESISMO


Por Gustavo Romans Hace un par de días, desde que la Policía Metropolitana de Macri reprimió a puesteros en Liniers, vengo escuchando y leyendo a comunicadores bien intencionados que describen lo sucedido como una atrocidad. Sin dudas lo es.

Los blogs o diarios que leo, las radios que escucho y los programas que veo, claro está no son del monopolio Clarín ni del Grupo Vila, Manzano, De Narváez, que suavizan un hecho represivo bajo la sutileza de “desalojo” o "enfrentamiento". Mi material de información es lo que hoy llaman “medios K”, que es como decir todo aquello que no pertenezca a los tres o cuatro grupos hegemónicos de la información en nuestro país, si bien leo y escucho otras cosas para termómetro, instalacion de operaciones y agenda.

Esos periodistas o comunicadores han realizado análisis en una dirección que descarta totalmente la hipótesis de aprobación por una gran parte de la sociedad. Yo creo que las políticas “country” aplicadas por Macri tienen un acompañamiento social importante. Aún las más duras y represivas, o mejor dicho empezando por ellas. Macri lo sabe. Hay un ser individualista y fascista dentro de muchas cabezas en nuestro país. No se grita a los cuatros vientos, porque se sabe que no está bien. Pero hay.

Macri, como la cúpula política de Río Negro, como el Senador Sanz o como Duhalde, envían un mensaje a esas cabezas. “Yo puedo parar a estos negros de mierda”, “Yo puedo contra estos montoneros”, “Porque mierda tenemos que darle un plan a los pobres, que vallan a laburar”.

Hace un mes, el amplio abanico progresista se sorprendía en Buenos Aires por una movilización popular a favor de tres violadores en Gral. Villegas, localidad de quince mil habitantes en el oeste de la provincia de Buenos Aires. “La pendeja era una putita buscona”. Y algunos días atrás volvían a horrorizarse al ver como el Barilochense “Suizo” aplaudía y vivava a una policía provincial que horas antes se había cargado a un “negrito cabeza chorro”.

Ese progresismo, genuino en sus convicciones, descuida sus espaldas y se encapsula muchas veces en las opiniones de otros progresistas. Una visión muy cerrada de la realidad no les permite ver que esas prácticas de represión, muerte o violaciones tienen todavía gran masa crítica que las sustenta. ¿Un 10, un 20 un 50% de la sociedad? No lo sé. No importa demasiado, pero es un número importante para sustentar a tipos como Macri, que vale la pena recordar, que en la capital del progresismo ganó las elecciones para Jefe de Gobierno Porteño.

Ese progresismo comunicador, por suerte alentado por vientos de un gobierno reformista que ilusiona, descuenta que movilizaciones multitudinarias saldrán a las calles indignadas a repudiar a tipos como Duhalde o Macri. Error. Es cierto que por fin parece que nuestra sociedad se ha quitada algunas vendas de los ojos. Pero cuidado. No todas. Hace algún tiempo atrás se podía escuchar a alguna vecina barriendo la vereda y diciendo: "Ahora a los que nunca trabajaron los jubilan también, nosotros le tenemos que bancar la jubilación a esos vagos"

“Está bien que los hayan cagado a palos a esos negros chimangos”, es la frase que resuena en muchos transeúntes que lo único que quieren es hacer la de ellos, no tener, ni siquiera, que esquivar un pobre. Y Mauricio les avisa que es garantía de eso. Acorralado en su mala gestión, apuntado por números contundentes que muestran el crecimiento de la desnutrición infantil que contrasta con el resto del país y hasta con los distritos más pobres, se calza la sobaquera y alinea su tropa. Sin importar cual sea ese número de gente que piensa de forma rancia y facha lo importante es juntarles las cabezas (y los votos) detrás de uno que se garantice seguir en el poder.

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