29/9/09

Reflexiones.

Un sujeto para su auto en pleno camino al balneario de Junín, pone la luz de giro a la izquierda y aguarda que pase la fila de los autos que vienen de la mano de enfrente para doblar hacia esa mano. Atrás de ese auto se formó una fila de muchos autos entre los cuales estaba yo.

Voy circulando por mi mano y me cruza, en contra mano una moto con su conductor y acompañantes sin casco y probablemente menores por su aspecto.
Es domingo, salí a hacer algunos mandados por la mañana y a la tarde a pasear en el auto porque está frío y ventoso. Mañana y tarde escuché y ví como talan árboles impunemente, con autorización o sin ella, los mismos tipos de siempre de la camioneta verde y con la vista gorda de los funcionarios municipales, en el mejor de los casos, en el peor, coimas mediante.

El Barba, local situado en calle Urquiza tiene múltiples denuncias por poner música mucho más allá de los decibeles permitidos por las ordenanzas municipales. Un amigo pide explicaciones de que es lo que pasa con esas denuncias y un funcionario municipal le contesta que en todo caso los vecinos deberían pensar en mudarse.


María Eugenia Estensoro, senadora por la Coalición Cívica, dice, en declaraciones a un matutino, que se opone a la nueva ley de Servicios audiovisuales porque es la gente la que debe controlar al gobierno a través de los medios de comunicación y no al revés. La senadora miente al menos por dos motivos, primero porque no es la gente la que juzga al gobierno sino la línea editorial y oligopólica de Clarín, La Nación, Manzano, Vila y De Narváez al que se agrega el senador por Jujuy, Guillermo Jenefes, que es dueño de multimedios en su provincia natal y por lo tanto un zorro al cuidado del gallinero y segundo porque la ley no habla de contenidos, cada quién puede decir lo que quiera, lo que propone el proyecto es ampliar el número de voces.

Qué nos pasa? Desde el señor que se caga en los demás conductores y en la posibilidad de originar un accidente y que en vez de tirarse a la banquina, se detiene en plena calzada con la intensión de doblar, y los pibes que se exponen y exponen al resto con su moto en contramano, y los que desforestan nuestra ciudad en un arco que va del vecino que pide sacar el árbol, los tipos que lo sacan y los funcionarios que no funcionan, hasta la senadora que argumenta idioteces esperables de mi por ejemplo, pero de ninguna manera de una senadora, a no ser que el voto tenga que ver no con el argumento sino con el dinero que vale dicho voto.

Que nos pasa? Será que somos incapaces de pensar que cada uno de nosotros hacemos este país? Será que siempre esperamos que el otro cumpla con la ley y si no lo hace me exime de cumplirla?

La construcción es nuestra y desde nuestros lugares.
Somos responsables de nuestra construcción y afectamos con nuestras decisiones a unos pocos, como el conductor del auto y los pibes de la moto, a cientos o miles como los que desforestan o infringen normas municipales o a millones como las decisiones tomadas en el congreso.
Marcos Pablo Jaureguizar

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