22/6/12

¿La patria de Moyano o de Cristina?

Cualquier proyecto político que, aún con zigzagueos, o retoques, avanza, más o menos, para el mismo lugar, va perdiendo y ganando aliados en el recorrido. Del colectivo, los que se suben, lo hacen a las corridas y los que se bajan, en general se pegan un buen porrazo. Recuerden cuantos indignados frente al pago del FMI bajaron dando tumbos y más tarde, cuando Néstor necesitó los votos en el 2005 como subieron los Varones del Conurbano y bajaron a los gritos los Bonaso, los Tumini, los Huevo Ceballos, etc.

El proyecto, avanzó y Cristina tuvo que ser quien se desprendiera de la burguesía agraria neo sojera, que en los primeros años del modelo fue necesaria. Fue una dura pelea, con militancia desprevenida y un sistema de medios de comunicación en manos de corporaciones enfrentadas con el Gobierno, que en el 2010 hubo que enfrentarlos militando la emblemática Ley de Medios. Una pelea más larga, pero que el Gobierno verá la victoria al final.

Se nacionalizan empresas emblemáticas como Aerolíneas, e YPF y se fortalece el proyecto frente a las corporaciones económicas, que ahora ya reflexionan un poco más antes de actuar con total impunidad frente a las disposiciones del Gobierno.

La reforma de un estado enfermo de burocracia inepta, corrupción y esencialmente colonizado culturalmente por prácticas facilistas y ningún compromiso se impone de manera necesaria y urgente. Ya empezó. Desde la conformación de listas en las últimas elecciones, donde sectores jóvenes y muy ligados a CFK ocuparon más lugares de los que todos se imaginaban, en cada nombramiento nuevo, en algún organismo estatal, en los segundos o terceros lugares de los ministerios, en secretarías, en Institutos, etc.

El Kirchnerísmo controla el estado. Tiene capacidad de acción para empezar los cambios. Falta generar condiciones para minimizar resistencias corporativas e individualistas. Por eso ahora empieza otra lucha donde el riesgo es perder como aliados a dirigentes sindicales de peso. No hablo de trabajadores. Hablo de corporación sindical.

Esta es la pelea a la que asistimos por estos días. El colectivo avanza y no necesita de este aliado tan necesario en otros momentos, pero tan caro. Un aliado que pretende poder político extorsionando con poder sindical, ya no es un aliado. Es un adversario.

Nueve años de un estilo de conducción, deberían ser suficientes para que la corporación sindical entendiera que por medio de la extorsión este proyecto político nunca cedió un centímetro. Cuanto antes lo entiendan, antes terminará la disputa. Una disputa en la que la sociedad dio su veredicto en las pasadas elecciones con apoyo a la Presidenta del 55,42%.

No será responsabilidad del Gobierno, si la elite de la corporación sindical se deja influenciar por los que fueron bajando del colectivo y pretende horadar el poder legítimo de un gobierno que avanza hacia un objetivo sencillo: Devolverle la patria a los argentinos. Como puede, con lo que tiene a mano, en un mundo complejo y con enemigos poderosos enfrente. Pero devolverle la patria a todos, y cuando digo todos es el conjunto de la pobración. Esa patria que se arrebataron Roca, Mitre, Rivadavia, Los militares golpistas, el neoliberalismo, los medios de comunicación de poder dominante y tantos otros mal nacidos que disfrazaron la historia, edulcoraron los genocidios, recortaron la realidad y no dudaron en bombardear, torturar y desaparecer a miles de patriotas que trataron de evitarlo.

Devolverle la patria a los argentinos, pero no cualquier patria. La patria que pensaron Belgrano, Castelli, Moreno, San Martín.

La patria por la que murieron miles de compañeros, entre ellos, miles de trabajadores.

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