26/4/12

El Monumento a Sandro y la carta de Jorge Verdi

Jorge Verdi es un Juninense radicado en Brasil desde hace algunos años, que formó parte de una juventud maravillosa en los 70. Siempre está con su mirada sobre Junín y su gente. Sus amigos, los olores, los lugares, los recuerdos, la familia... algo hace que cada tanto se venga un par de meses para acá y disfrute de su ciudad. Esta vez escribió una carta con una visión muy atentible sobre el monumento a Sandro.


Carta/Pregunta abierta a la población de Junín

Por Jorge Verdi

Cuando era chiquito, el primer contacto que tuve con el rock cantado en castellano del Rio de La plata fue con Sandro (quien no?). No sería justo dejar de citar esto. Siempre cultivé una simpatía especial por el gitano, a pesar de hacer un tipo de música romántica y medio cursi que, a mí, particularmente, hoy no me gusta. Pero le reconozco el valor “cult” de haber sido un precursor (sin saberlo) de toda una movida que vendría después, y esa sí… me gustó. Imitaba al gitano con un micrófono en la mano (probablemente una botellita de Coca Cola) y hacía toda la mímica de rodillas y echado para atrás, y mi familia siempre se acuerda: un día me reventé la nuca contra el borde de la heladera! El tipo era mi ídolo, al lado de los Beatles. Me acuerdo siempre de su legendario show en la Sociedad Rural. El mayor público que la ciudad ya registró de un artista, creo yo.

Ahora bien: hace unos días vengo acompañando medio de reojo toda esa movida sobre la instalación de una estatua monumento a Sandro en la laguna de Gómez. Parte de la población se movilizó para juntar dinero, espontáneamente o no, no lo sé, y el gobierno municipal entró con apoyo en infraestructura a través de la dirección de Obras y Servicios Públicos. En fin… sólo que, siempre pensé, y no sé si los tiempos cambiaron tanto o el hecho de vivir lejos de Junín hace tanto me hicieron perder el hilo de la ciudad, que, cuando se homenajea alguien en una ciudad, es porque ese alguien tiene algún valor histórico especial con la misma, sea a través de aportes materiales, culturales, políticos, afectivos, etc. Siempre hay un MOTIVO especial que hace con que, la ciudad y sus habitantes se identifiquen con el homenajeado o viceversa, o las dos cosas. Evita Duarte está ahí, con nombre de barrio y todo, plaza o lo que sea, pero fue una figura nacional/internacional que transciende cualquier cuestión política. Eusebio Marsilla está ahí, homenajeado por todo lo que simboliza para Junín. Negretti está ahí, en una plaza, por ser un gran poeta del barrio. Lo desaparecidos están ahí, en la plaza principal, por todo lo que representaron para nuestra ciudad, por motivos obvios, y es precisamente eso lo que busco en esta homenaje a Sandro: cuáles son eses motivos obvios? Qué es que lleva a pensar a un intendente y a una parte de la población que Sandro merece una estatua en la laguna? Cuales son las justificativas para utilizar un espacio público para imponer un monumento a alguien que no nació, no vivió ni murió ni hizo nada por Junín? Capricho de algunos fans..? O simplemente non sense total..? Repito: Sandro no tiene ni tendrá nada a ver con eso. Lo admiré, lo respeté, me parecía un tipo simple, simpático, auténtico y dedicado a su público y que los dioses lo tengan en el cielo o donde sea, pero me quedo con eso. La próxima vez que vaya a Junín, tal vez vaya a la laguna a comer un asadito o dos con mis amigos y voy a encontrarme con un gitano de bronce o cemento, de brazos abiertos, con la bandera argentina al lado y unos tristes árboles de fondo preguntándose: “Qué carajo hace esto aquí?”. Y yo y mis amigos nos preguntaremos lo mismo que se preguntan los árboles, y surgirán otras preguntas inevitables y maravillosas: Por qué no un monumento al pianista y compositor Juan Noel Mazzadi, al místico y amado mozo Marcial Ferrúa, y al pionero duende ambulante, hippie y comunista de Junín, Pancho Mellattini? Y al payaso Beto Mesa, y al director de teatro Héctor López y a tantos, tantos otros que deberán surgir inmediatamente en la memoria juninense de quién lee estas desprolijas y mal trazadas palabras…

Ahí sí, la verdadera memoria de la gente de nuestra ciudad estará funcionando.

Y preguntar no ofende.

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