Axel Kicillof

El Viceministro de Economía, Axel Kicillof, está en boca de todos. Kicillof no goza de indiferencia. Se lo ama o se lo odia.

Este jóven de 42 años, desconocido hasta hace un par de años, es uno de los cuadros políticos y técnicos que el proyecto que lanzó en 2003 Néstor Kirchner cosecha en la actualidad.

Kicillof e Iván Heyn fueron durante mucho tiempo los tipos que tuvieron la capacidad de desentronar a la economía en charlas con otros miles de militantes. La Economía desde la política, desde la convicción. La economía sin necesidad de traje y corbata. La economía que no necesita tipos de cara aburrida. Quizá como una especie de símbolo, irónico, el propio Néstor se paseaba por la Casa Rosada, durante su presidencia, con un cuadernito donde anotaba todo, el mismo.

Kicillof, ayer se sentó delante de los senadores y fundamentó con convicciones y mucha información la expropiación de YPF como si estuviera en un bar y defendiera una posición ante cualquiera.

El más imperdonable de los pecados ha cometido el Kirchnerísmo contra la rancia derecha Argentina. Tiene muchos Kicillof, frente a una flaqueza intelectual, ideológica, y de convicciones de agencias de marketing la oposición. Por eso desde los órganos de difusión de las corporaciones se ataca a La Cámpora, pero se estigmatiza a la juventud en general.

La derecha le teme a la juventud. Evita tenía sólo 33 años cuando falleció maldecida por la blanca burguesía patricia. El Che no llegó a cumplir sus 40 años cuando encendió la llama en medio continente. También fueron sub 40 Sacco y Vanzetti. Y casi el 90% de los 30.000 compañeros desaparecidos eran jóvenes.

Kicillof irrita, desafía, incomoda. Kicillof los enfrenta de la misma manera que se hace en el barrio. Les dice payasos, papagallos, estúpidos. Tiene su camisa desprendida y habla contundentemente.

Es, Axel, una de esas flores que Néstor sembro de a miles a lo largo y a lo ancho de la patria.