Por Rubén Américo Liggera
Cuando afirmamos que la gestión cultural del Gobierno Local es errática e insuficiente no estuvimos muy lejos de la realidad. En el extenso programa de un futuro gobierno –que no viene al caso considerar ahora- el Intendente Meoni le dedica apenas tres escuetos renglones a sus propuestas culturales:“Creación de puntos de cultura en barrios; intervenciones artísticas y esculturas en espacios públicos; Semana de la lectura; circuito inter barrial de literatura; primavera en los barrios: cultura, deporte y salud en plazas barriales; Galería de Arte”
Más de lo mismo. Nada nuevo. Nada que no se haya hecho ya, mal o bien. Generalidades que pueden interpretarse como a uno le apetezca. Si alguien esperaba más precisiones en este rubro ha sido defraudado.
¿Debieron pasar ocho años y sentir temor cierto a dejar de ser gobierno para crear “puntos” de cultura en los barrios; llevar el arte a los espacios públicos, fomentar la lectura o crear una Galerie? Todo pareciera que más que ante una primavera estamos asistiendo a un lánguido otoño.
El folleto de la Secretaría de Cultura de la Nación titulado, precisamente, “Puntos de Cultura”, inspirado en la experiencia brasilera, tiene como objetivo apoyar iniciativas surgidas de la sociedad civil y promover desde el Estado , una red nacional de organizaciones culturales interconectadas. Fundamenta ideológicamente desde el Estado presente qué significa “Incluir desde la cultura”, informa sobre los programas de articulación de una “red federal de organizaciones que desarrollan actividades ligadas al arte y la cultura, con criterio federal” que se propone “fortalecer el trabajo comunitario desde una perspectiva de inclusión y respeto por la diversidad”. Además, las “Líneas de apoyo” suponen la entrega de subsidios para proyectos integrales, específicos y de cultura indígena.
En esta caso, la enunciación de anoche es tan vaga que no alcanzamos a comprender cuáles serían las metas de esta supuesta “nueva política cultural” para Junín.
Podríamos suponer que debía llenarse un casillero y por compromiso le alcanzaron al redactor tres o cuatro ideas, encima mal digeridas. Pero, ¿Qué nos habrán querido decir?
¿Sabrán que hace tiempo que dejamos de ser “puntos”? Ahora pretendemos ser “banca” de la mano de un proyecto Nacional, Popular y Democrático liderado por la Presidente Cristina Fernández y que en Junín encabeza desde hace tiempo y desde abajo, Gustavo Traverso.
Para nuestro pensamiento, la cultura no es la “Cenicienta” de un Gobierno que con cualquier cosa se conforma ( total, los artistas son bohemios, hippies, trabajadores desinteresados, etc. )Y al pueblo hay que darle espectáculos y entretenimiento. Brebajes y mejunjes varios cuanto más descafeinados, mejor. Que no son despreciables, pero la cultura, el quehacer profundo de una comunidad, es otra cosa.
Si la gestión municipal de cultura no tiene presupuesto propio, no tiene poder de decisión y por lo tanto, no puede proyectarse en el tiempo. Pero no se trata solamente de dinero, se trata más bien de tener objetivos claros de gobierno en el cual las actividades culturales pasen a ser la argamasa que cohesione el diario vivir de las distintas clases y sectores sociales de Junín y la región. Para todos, sin exclusiones ni prejuicios. Con verdadera y sentida equidad. Tenemos que pensar la cultura como una vasta red que incluya a las barriadas populares, las ciudades vecinas, la provincia de Buenos Aires y la Nación toda.
Si la gestión Municipal no tiene rumbo es porque no tiene anclajes ideológicos y políticos con un proyecto de Nación que dignifique al ciudadano, le devuelva la autoestima, lo incluya en las bondades del desarrollo económico y social y reciba su justa parte en la distribución de bienes culturales y simbólicos.
Parece que en el apuro no se alcanzaron a comprender las palabras de Jorge Coscia, Secretario de Cultura de la Nación, en aquel folleto citado, cuando dice: "La reconstrucción del entramado social puesta en marcha en 2003 ha sido en esencia cultural. No se puede y no se debe embellecer la injusticia. Descartamos de plano esa función inmoral de la cultura. El desafío es darle fundamentos culturales a la justicia, a un proyecto de transformación y de inclusión social. Ahí se ubica el delicado rol de las políticas públicas culturales: ofrecer las condiciones de producción y de reproducción de la monumental variedad de expresiones que habitan nuestra patria"
Este será el fundamento de la batalla cultural que daremos en la ciudad: pluralismo, participación, apertura, inclusión e integración, solidaridad y justicia. Resignificación del pasado, intervención sobre el presente y proyección hacia el futuro. Siempre con la consigna de dignificar el trabajo de artistas y artesanos.
Desarrollaremos un vasto programa cultural en permanente revisión basado en esos principios ideológicos, que son inmodificables. Sabiendo hacia dónde queremos ir, decidir cuál es el mejor camino será la tarea de todos los involucrados.
Según las prioridades que se acuerden desarrollaremos acciones culturales –muchas de ellas sencillas-que movilicen a la comunidad y eleven la autoestima de sectores postergados.
Porque de eso se trata: identidad, integración, pertenencia, orgullo de ser como somos.
La verdadera primavera de los pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario