¿La "Municipalización" de la campaña o el corte de boleta encubierto?

Uno supone con buen criterio que una campaña política es lo que se hace con la legítima intención de solicitar el voto al pueblo, enunciando lo que va a hacer. Es decir, presenta una batería de propuestas dentro de un proyecto político, que al realizarlas, mejoren la calidad de vida de la gente.

Ahora, cuando se elige como comunicar esas ideas, también se está diciendo algo, tomando alguna posición iodeológica. Si se habla de "Municipalizar" una campaña, se apuesta a una estratégia de Marketing en particular que no trascienda las fronteras de un distrito. ¿Y por que?

Luego de los catastróficos resultados de las primarias del 14 de agosto por parte del candidato a Presidente de UDESO Ricardo Alfonsín muchos dirigentes radicales de la provincia de Buenos Aires se despegan del hijo de Don Raúl y se refugian en sus distritos para intentar sostener, aunque más no sea, una pequeña porción de poder que les permita seguir "jugando" (como dicen ellos). Incluso para octubre los presagios son desastrosos. La consultora Managment y Fit posiciona al candidato de Unión para el Desarrollo Social (Udeso) en el tercer lugar con el 7,5 por ciento. Así que los "correligionarios" huyen a sus propias ciudades a asesorarse con consultoras que le salven el cargo en octubre.

El caso más emblemático es es el de Roberto Iglesias, candidato a Gobernador en Mendoza, que directamente publicíta con un jingle la deslaltad partidaria.  Pero veamos en particular el comportamiento de ciertos candidatos a Intendente de la Provincia de Buenos Aires, como el caso del intendente de Tres Lomas Mario Espada quien a través de una carta abierta a los ciudadanos de su pueblo expresó: “Cristina y Scioli, razonablemente, ya han sido elegidos. Sin embargo, lo que falta elegir con claridad es el intendente y los vecinos deberán concentrar su atención en el Tres Lomas que quieren para adelante”.

Sin carta abierta pero en la misma situación está el Intendente de Tandil Miguel Lunghi, y el propio Mario Meoni, en Junín. Incluso algunos están mucho más complicados, gracias a la "genial" idea de la UDESO, como Walter Batistella, en Nueve de Julio, o José Erreca, en Bolívar, quienes fueron superados por sus competidores del FpV.

Hasta Miguel Bazze, sin sonrojarse declaró “El corte se da siempre, ¿Como hacemos, si no, para tener 40 municipios radicales si hace muchos años que no ganamos la Gobernación o la Presidencia? Siempre se da, es natural”.

Pero el 100% de estos candidatos a Intendentes, que hoy "municipalizan" su campaña, han dado ya expresas órdenes a sus armadores barriales para que repartan la boleta directamente cortada. Hasta se especula en el orden provincial con cambiar el color de la boleta desde gobernador para abajo como lo señala esta nota.
Es una obviedad por que no hacen público que estimulan el corte.
También el 100% de estos políticos, en el 2009 "Nacionalizó" la campaña esmerilando y conspirando contra un gobierno nacional que se enfrentaba al complejo "agromediático".

Vale decir, que lejos de identificarse con una ideología (luego llevada a la practica desde el partido que sea) zigzaguean buscando como asegurar sus propios intereses.

El Gobierno Nacional ya definió claramente sus propuestas para los próximos cuatro años. Profundizar el rumbo. Industrialización, fortalecimiento del mercado interior, y mayor participación del estado asegurando el proceso de inclusión, como grandes trazos. Eso, así, lisa y llanamente. Profundizar lo que en ocho años transformó el país.
¿Por que quienes se subieron o se bajaron según les convino, quienes mandan a cortar boleta y ni siquiera son leales a sus propios dirigentes, serían garantes de una profundización del proyecto político nacional?

El corte de boleta es una herramienta genuína que tiene el ciudadano a la hora de votar. Pero forzar ese compotamiento desde los propios candidatos a intendentes, no es más que una traición a sus dirigentes nacionales. Una traición. Una más.