24/12/10

BRINDO


Para que ser hipócrita. No soy creyente. Desde que soy chico recuerdo que la navidad era el día en que mi abuelo Pancho prendía fuego desde temprano (con la fresca) y estaqueaba en el asador un lindo lechoncito que el día anterior había sacrificado. Que mi vieja preparaba el matambre casero para la entrada y mi tía Mabel las papas con mayonesa. Angelita tenía dos misiones impostergables durante el día cebarle mates a Pancho mientras el puerco se doraba y entre acarreada y acarreada al fondo del lote, preparar la ensalada de fruta.


Papá Noel no fue muy generoso conmigo. Los hijos de una costurera separada no deben haber sido los preferidos del barbudo. Siempre igual me llegaba algo a esa niñez rápida.

La noche buena se permitía un "culito" de sidra para los pibes y al "chinito" (el cuzco de la casa) se le permitía comer al lado de la mesa si el tiempo estaba bueno y se comía afuera.

Más boludón, ya, lo único que me importaba era beber bastante y seguirla en el boliche más tarde en Los Toldos, Cascanueces. Pocos recuerdos de una adolescencia más rápida que la niñéz.

Hoy, casi un burgués, mis hijos hacen la carta y trato de asegurarme con don Noel que le traiga a ellos casi lo que quieran. Le digo... Mira barbudo de mierda que a mi hermana nunca le regalaste el juego completo de cocina de aluminio y yo la guitarra me la tuve que ganar repartiendo diarios ehhhh...

Por eso lloro de alegría cuando veo que a Gasparito y a Yago se les agigantan los ojos y saltan y se ponen como locos cuando ese de traje rojo cumple....

En el fondo... hice las pases con Papá Noel. Que le iba hacer el pobre viejo. El quilombo era muy grande en casa como para solucionarlo el solito.

Hoy, brindo por todo eso, inclusive. Por las puteadas de Pancho quejándose del calor al lado del asador, por la sonrisa de mi vieja cuando todos halagábamos el matambre y el perfume de mi abuela Angelita.

Brindo por mi amor y por mis hijos, por mis compañeros y amigos. Por el loco que se fue a la cordillera y no hay forma de que vuelva, por Gastón que no está....

Pero brindo. Vino... y brindo. Por la vida, como decía el negro. Por lo que falta y por lo que va a venir (bueno o malo le vamos a poner el pecho como toda la vida).

Brindo por los que todos los días entran al blog. Por los que putean y amenazan no. Nunca desperdiciaría vino en gente que no vale la pena. Además me sobran los motivos para brindar por gente buena leche. Así que Brindo.

Brindo por un país que hoy es más parejo.....

                                   Y vuelvo a brindar porque se que vamos por más.

Salud!!!!

2 comentarios:

Luis Oscar Tolosa dijo...

Lindas palabras cargadas de vida barrial o pueblerinas. Brindo porque volvió la fuerza militante, acallada por más de una década y aflorada por el compañero que dejó su imborrable huella en todos nosotros.
¡Salud Alfredo, gracias Néstor, fuerza Cristina!

hector pellizzi dijo...

me gsutó eso de brindar por gente buena leche.