29/3/10

Una famosa fábula y muchos interrogantes

El “Gringo” Vicentín, médico santafecino y peronista eligió vivir y ejercer su profesión en Baigorrita promediando los años ochenta. Allí, al noroeste de la provincia de Buenos Aires, junto a su esposa hicieron un poco más grande el pueblo con sus cuatro hijos. Buen tipo, callado (casi tímido), flequillo rubio, cara colorada, tranquilo y de diálogo ameno, no sólo atendía consultas, sino que además recorría el pueblo haciendo los domicilios. Allí, muchos empezamos a comprobar que varias veces no cobraba nada y que su conciencia social iba más allá de su profesión. Se insertó en el pueblo y realizó buenos aportes. Llegó a ser Concejal en representación de Baigorrita, en la lista del peronismo.


Cierta vez, haciéndose eco de numerosos reclamos de sus vecinos, contra la Cooperativa Eléctrica, decidió emprender una lucha como líder para clarificar la cosa. Los reclamos eran varios. Desde el valor de la energía eléctrica, pasando por cuestionamientos a la Gerente, hasta reivindicaciones de los trabajadores de la misma. Investigó, indagó, charló con los perjudicados y encaró a la asamblea con grandes expectativas de cambio. Cuando llegó el momento de hablar, de poner sobre la mesa los argumentos, de denunciar las supuestas irregularidades, quedó casi sólo. Hasta los empleados que habían hablado con para convencerlo de que diera una mano, se achicaron. El valor de la luz y las demás cosas siguieron más o menos igual. Parecía un adelantado el “Gringo” Vicentín en querer hacerles entender que la cooperativa era de ellos y que la suma de voluntades era la herramienta de cambio.

Intercambiaba algunas opiniones con un periodista que no piensa en la misma sintonía que yo sobre el rumbo del gobierno. El está en la vereda de enfrente. Reflexionaba, pues, sobre la coyuntura, la construcción de militancia y el futuro no tan lejano.

Cuando se compra el pack cerrado que los multimedios hegemónicos venden, ese paquete identificado con una K mayúscula color roja, están intentando vendernos que debajo del proyecto político que lideran Néstor Kirchner y Cristina Fernández no hay nada más que ellos. Como si no existieran colectivos ideológicos, (aún con matices diversos) que sostuvieran ese proyecto. Como si la CGT no estuviera, o no se hubiera obtenido un 30% de los votos en la última elección legislativa. Esa maquinaria Watsoniana de machaque permanente en más de 350 licencias de radio y televisión, en más de 16 diarios, en más de 12 revistas y en la incalculable cantidad de medios regionales repitiendo titulares de esos medios; ese conductismo macabro instala esa falacia. La famosa “opinión pública” compra el pack y no pregunta. Pero la realidad es que hasta el más limitado ser viviente, si se dedica a pensar un rato entenderá que es absolutamente comprobable que detrás de ese proyecto político hay algo conformado por gente. Podemos discutir sobre el proyecto, pero no cabe en la cabeza de nadie que se sostenga sólo por voluntad de diez o veinte personas del círculo más cercano al poder ejecutivo. La comprobación más fehaciente es precisamente el mensaje de que no existe tal cosa. (Cuando más sólo y encapsulado haga ver al gobierno, más sólo y encapsulado estará de verdad).


¿Pero que tiene que ver el “Gringo” Vicentín con todo esto? Mucho… Ahora vamos. Ya que citamos al bueno de Watson, hablemos un cacho de Piaget. El Poder Ejecutivo intenta desde el comienzo del mandato un mensaje basado en el constructivismo. Como el “Gringo” Vicentín, se intenta hacer razonar, explicando que un país con una industria fuerte, con un empresariado nacional poderoso, con valor agregado, con un estado presente, con más trabajo, con mejores salarios, con fuerte desarrollo del mercado interno, con retenciones a la renta extraordinaria, con la política sobre la economía, con derechos humanos, con integración latinoamericana, con inversión en ciencia y tecnología, con educación y con inclusión… es un país mejor para todos. Del otro lado, con un simple Alika Alikate, la caja de los K, las leyes K, o los votos no positivos, Watson se hace un picnic donde Vila trae la gaseosa, Magnetto paga los sanguchitos de miga y la sociedad rural y el poder financiero reparten florcitas. Por si esto fuera poco, el gran poder de fuego de los medios concentrados, también le chorea a Piaget algunas cositas, y sobre el machaque van regando con algo de masa crítica. Así las cosas la legisladora Silvana Giudice que era conocida por cuatro familiares, hoy es tapa día por medio como defensora de la república. El único refugio conductista del gobierno nacional es el programa 678, o TVR que son de la misma productora, y tan mal no le va.

La pregunta es si a la hora de cruzar el río definitivamente, en busca de profundizar las reformas progresistas, en el medio de una correntada judicial y mediática tan fuerte, el gobierno no será la rana y el pueblo no será el escorpión. ¿Esa masa crítica que se intenta ampliar a brazo partido, cruzará el tormentoso caudal de un río lleno de obstáculos sin la tentación de picar fatalmente al proyecto que defiende? ¿Hasta dónde es capaz de llegar este nuevo militante mediático o ciber militante? ¿No será una pregunta que desvela a Néstor y a Cristina? ¿No les pasará como al “Gringo” Vicentín?, y no a ellos en lo personal, sino al proyecto político. ¿Podremos racionalizar que hay una propuesta de modelo de país por encima de nuestros propios intereses urgentes? ¿Son los sectores medios pasajeros experimentados sobre el lomo de una rana que decide cruzar o el pánico obligará a inyectar veneno letal? ¿Son los trabajadores suficientemente consientes de que el antídoto contra ese veneno deberán usarlo con responsabilidad y urgencia? ¿Serán capaces los líderes del modelo de hacer entender eso de la suma de voluntades?


Cuando se producen pequeñas brisas de oxigeno en la turbulencia que promueve el poder hegemónico de los medios a través de una oposición oportunista, es momento de pensar sobre estas cosas. El discurso pactista y de unificación que ha pregonado todo el arco opositor se desgasta lentamente, los medios acuden a cotidianeidades como la inflación (ahí le meten un poco de Piaget) y van por el poder Judicial con machaque (ahí le meten Watson).

El gobierno se posiciona un poco mejor en las encuestas de imagen y los “sueltos” van ocupando pequeños espacios saliendo del placard y empezando a mostrase como eso que sostiene al gobierno. ¿Pero por cuánto tiempo? ¿Más de un año y medio? Si la respuesta es positiva en diciembre del 2011 la rana y el escorpión estarán del otro lado del río juntos, riéndose del la fábula africana y profundizando las reformas. Si la respuesta es “no positiva” otra vez se habrá perdido una oportunidad histórica.


¿Y el “Gringo”?. De vez en cuando vuelve al pueblo. Visita amigos, se reencuentra con olores, y transita las mismas polvorientas calles que lo vieron ir y venir a atender viejitos enfermos. Lo que creo que no hace es prender la luz en la casa de sus amigos. Es por solidaridad. La luz en Baigorrita es cara.

Gustavo Romans

1 comentario:

Dardo Fuser dijo...

Estimado Gustavo: Es muy buena la nota. Parece un tipo interesante ese Dr. Vicentín. Ojalá haya muchos tipos como él. Y si bien hay muchos escorpiones dando vueltas, las ranas abundan, aunque el césped las disimule. La otra orilla es un sueño posible. Vas a ver...