28/1/10

JUNIN ESTA LINDO?


Provengo de una familia de origen muy, muy, humilde. Mis padres obvio, también. Ellos recibieron como regalo de casamiento de un tío que vivía en Buenos Aires un juego de vajilla de 120 piezas de porcelana china de excelente calidad que contenía compoteras, platitos de cinco tamaños, tazas de tres y hasta una soberbia sopera. Era de color marfil, trabajada muy delicadamente con un estilo casi barroco y cada tanto tenía el detalle de unas florcitas rosas y naranjas.

Ese inmenso ejército de porcelana sobrevivió mudanzas, separaciones, divorcios y violencia familiar mejor que cualquiera de los integrantes de la familia. Mi mamá la atesoraba, la cuidaba “para cuando viniera gente”, para “más adelante”, para “una ocasión especial”. Mientras tanto los desayunos, almuerzos y cenas eran adornados por ignotos vasos, platos y tazas ordinarios de variados colores y materiales. La vajilla desde el mueblecito vidriado nos miraba socarronamente, cero kilómetro, a estrenar, a la espera de ser tocada por gente más importante.

Cuando pienso en la actitud de posicionamiento político del Intendente Mario Meoni me recuerda a es error de mi madre. La obsesión de seguir creciendo en su carrera política lo ubica dos o tres años adelantado a lo que debería estar haciendo. Hoy la ciudad de Junín está en crisis desde el punto de vista que podamos observar. No hay políticas de tránsito que se puedan exhibir con éxito, ni un plan de turismo a la altura de una ciudad como la nuestra. La obra pública ha sido muy pobre y concentrada en el radio urbano, y algunas deficientes o poco duraderas (lo que se llama cartón pintado). Las políticas de nocturnidad han fracasado y no han dejado contentos ni a los jóvenes, ni a los dueños, ni a los vecinos. Ni hablar de la política fiscal. Una vez obtenida la mayoría en el concejo deliberante, cualquier vecino se ha encontrado con aumentos de 120% en el CPV. El complejo de deportes General San Martín está descuidado y es un peligro para los chicos que lo visitan. La salud de los junienses está amenazada por el famoso arsénico en el agua (tanto que un fallo de la corte suprema obliga a regularizar la situación a la municipalidad) y los basurales a cielo abierto. El incremento en la cantidad de empleados durante la gestión ha sido criticado hasta por oficialistas. Los artistas de Junín siempre rechazaron las políticas de la Directora de Cultura. Rumores de patoterismo y prepotencia. En fin todo lo que la ciudad de Junín sabe y por eso no lo votó en las últimas elecciones donde sólo obtuvo el 18% de los votos y por el sistema de cocientes logró “ganar” con 5 concejales electos.
No son seis meses de gobierno. Son más de seis años. Suficiente tiempo como para mostrar éxito en alguna política implementada.
Días pasados, con el Intendente en vacaciones, fue el Intendente interino quien sin querer (o quien sabe), expresó toda una revelación “Vamos a empezar a ocuparnos de los problemas de la gente”. No hay mucho más para agregar luego de una declaración así.

El problema de Mario Meoni, sea quizá, que guarda la vajilla de lujo para cenar o almorzar en el 2011 en la confortabilidad del más alto nivel político que pudiera brindarle un cargo en el Poder Ejecutivo y mientras tanto los juninenses comemos en platitos de plástico y vasitos de cartón. Y Junín?... El intendente apuesta a una especie de predicción creadora repitiendo él y todos sus colaboradores “Junín esta lindo” Y ahora más que nunca, cuando no va a “jugarse la campera” en Junín nuevamente. Es decir, que otro pague los platos rotos, ya que hablamos de vajilla. Su “posicionamiento” como ladero de Cobos (otro que guarda un arsenal de vajilla mientras le pagamos los viáticos para que haga campaña en contra del mismo gobierno al que pertenece) lo ha hecho olvidar que tiene una responsabilidad, para la que los juninenses lo eligieron, y no está cumpliendo. Hoy, para el intendente pareciera más importante su grupo Faccebok, su Web oficial (y las pseudos oficiales), las declaraciones oportunistas o las fotos al lado de alguna topadora.

La vajilla de mi vieja? Finalmente mi hermana y yo la convencimos y hasta el día de hoy la seguimos usando en familia cada vez que nos reunimos llenos de hijos y alegría. Al principio, cuando se rompía algún platito, miraba de reojo y murmuraba por lo bajo. Pero después se reía cómplicemente con mi hermana y conmigo viendo como los chicos merendaban en ellas. Porque al final, los importantes somos nosotros.

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