Elisa Carrió viene, desde hace varios años, corriéndose a la derecha en su posicionamiento político. Luego de presentarse, allá en la fundación del ARI, como una representante de los sectores progresistas y de centroizquierda, tal como lo indicaban el origen de los componentes iniciales de dicho partido y sus definiciones, la ahora diputada electa comenzó paulatinamente un viraje hacia el otro extremo del espectro ideológico. Sumó para ello -entre otras cosas- a nuevos dirigentes, en particular en la Capital Federal, como Patricia Bullrich, Olivera y Estenssoro y, consecuentemente, perdió otros tantos como Macalusse, Raimundi, Maffei y el resto de legisladores que constituyeron el SI. Este proceso recorrió el país.
Presentándose a si misma como una "gran republicana y defensora de la moral y ética pública" y planteando de que la gran contradicción en nuestro país era entre "los honestos y los corruptos", en realidad se alineó una y otra vez con los intereses de los tradicionales sectores de poder nacionales y del exterior. Atrás de ese lenguaje apocalíptico, encriptado y predecidor de grandes catástrofes que suele usar, en realidad se fueron deslizando mensajes de apoyo a grandes empresarios de la ciudad y el campo, a la cúpula de la iglesia católica, y a la propia embajada norteamericana -no ahora con Obama-, sino desde antes, cuando era Bush el primer mandatario los Estados Unidos.
El haber ubicado a Prat Gay de primer candidato a diputado por su lista en las últimas elecciones fue un mensaje mucho más abierto y con pocas vueltas: en la Ciudad de Buenos Aires se disponía a disputarle el electorado de centro derecha y derecha al propio Macri. Como parte de esa estrategia hizo la ficción de diferenciar entre este -la cara mala del PRO- y Michetti -la cara "buena" de ese partido-. La apuesta le salió mal, no tanto porque el PRO obtuviera una victoria arrasadora (que no la obtuvo), sino porque la señora leyó mal las definiciones electorales de los porteños y porteñas, sobrestimando el peso de las ideas conservadores en ellos.
No obstante, y luego de tomarse un tiempo de reflexión para ver cómo se reubicaba en la política argentina, Carrió ha decidido redoblar la apuesta de expresar a la derecha. Tal vez pensando en desplazar a Mauricio Macri del pedestal; o quizás buscando una alianza con él. ¿Por qué no? Elisa se ha mostrado "dúctil" en su trayectoria.
No obstante, y luego de tomarse un tiempo de reflexión para ver cómo se reubicaba en la política argentina, Carrió ha decidido redoblar la apuesta de expresar a la derecha. Tal vez pensando en desplazar a Mauricio Macri del pedestal; o quizás buscando una alianza con él. ¿Por qué no? Elisa se ha mostrado "dúctil" en su trayectoria.
Esa debe ser la lectura de sus explosivas declaraciones respecto de la Ley de obtención del ADN. Mas allá de su evidente gesto al monopolio mediático, es difícil de argumentar que no es un mensaje explícito a la derecha argentina que ha cuestionado que se investiguen y se juzguen los crímenes del terrorismo de Estado, sostener que "es violar los derechos humanos" realizar el ADN de personas presuntamente sustraídas por los militares, o decir que "los hijos de Ernestina de Noble son nuestros hijos".
No hay forma de disimular que lo que Carrió plantea es que se olviden, que se amnistíen esos delitos, sobre los que justamente la determinación del ADN busca echar luz. Se acabó aquí el doble lenguaje y el "republicanismo" tradicional en ella, Carrió le avisó a la sociedad que ella va a buscar la representación de la derecha. Acaba de blanquear su pensamiento y sus objetivos. En buena hora.
Humberto Tumini
Movimiento Libres del Sur
Movimiento Libres del Sur
1 comentario:
Ciertamente, Carrió se ha derechizado. Defendió en su momento a los grupos económicos mediáticos para oponerse a la ley de medios y ahora defiende a la dueña de Clarín, Ernestina de Noble frente al proyecto de ley de ADN que ha sido una iniciativa largamente anhelada por las Abuelas. Los hijos de esa señora, presuntamente apropiados durante la dictadura, serían "hijos nuestros". Se equivoca Carrió; en todo caso serán de ella ya que decidió apropiarse del discurso del grupo. Qué le habrá prometido esta corporación a la Carrió para que salga a hacer afirmaciones inaceptables? Carrió se ha convertido en la vocera de la derecha conservadora.
Lamento que la respuesta de las Abuelas haya sido ocultado por la mayor parte de los medios.
Igualmente, llama la atención el silencio mediático a las revelaciones en torno a los casos de espionaje por parte del gobierno macrista.
La periodista "independiente" Magdalena Ruiz Guiñazú afirmó que los medios reflejan la realidad.
Pues, resulta evidente que la corporación mediática --con algunas excepciones-- manipulan, tergiversan y ocultan información sensible. Sólo basta leer algunos diarios, escuchar algunas radios y ver algunos canales.
El pueblo debe comenzar a reclamar el pleno ejercicio de su derecho a la información y reclamar que se instrumente la nueva ley audiovisual sancionada por el Congreso con amplia mayoría en ambas cámaras.
Además, debe expresar su firme rechazo a los intentos de cierta oposición que quiere modificarla luego del 10 de diciembre sencillamente para satisfacer a sus mandantes (los grupos mediáticos).
Oposición que no manifestó el mismo ímpetu para cambiar la norma de la dictadura vigente durante 26 años.
Luis A. Gramuglia
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