11/5/11

Quienes si, y quienes no

En un intercambio de opiniones semi público en la red social Facebook, me encontré interpelando el pasado reciente en la ciudad de Junín. Más precisamente la coyuntura que significó el intento destituyente de las patronales sojeras cuando, vía la resolución 125, el Gobierno Nacional, votado por amplia mayoría popular un par de meses antes, intentó capturar un 5% más de renta extraordinaria al complejo sojero en nuestro país.
De pronto comencé a recordar quienes estuvieron dando el debate, la pelea y hasta parándose de manos frente al atropello de los desabastecedores que cortaban ruta, por aquellos días. (una noche no pude conseguir en toda la ciudad Ibupirac en jarabe para niños).

Se me vino la imagen de Carlos Pesce y otros compañeros de Camioneros y algunos muchachos del Sindicato de la Carne plantándose con dureza en medio de la ruta para que los señores de las cuatro por cuatro sacaran los viejos arados y las rastras que impedían el libre paso, frente a la tranquila mirada de la policía, y con un fondo de humeantes costillares que los patrones habían ordenado a algún peón en negro para que asara.

También recuerdo la caravana de tractores y Hilux desfilando por la Avenida Benito de Miguel acompañados por el aplauso servíl y obstuso de muchos transeúntes y hasta docentes. Al paso frente al Sindicato de la Sanidad un cartel en la vidriera resistía en soledad frente a las miles de calcomanías de "Todos somos el campo". El cartel decía "Nosotros no estamos con el campo porque explota trabajadores". Lo había hecho Hector Azil, líder de ese sindicato y Presidente del Consejo de Partido Justicialista.
Recuerdo las reuniones en soledad en el local de calle Arias del Movimiento Evita, donde Piero Biaggio calentaba un rato antes el ambiente con una garrafa y preparaba unos mates. Hasta allí llegábamos Cristina Tejo, Monica Randazzo, Juan Gutierrez, Rubén Liggera, Mariela Andres, José Bruzzone, Nino Lucero, Nora Catturini, Raúl Madrid, Susana Boguey, los hermanos Boeri y algunos más que a veces iban y otras no podían. Sólo un puñado de personas convocados por Gustavo Traverso en medio de la algarabía casi prostibularia de los mandamaces de la soja que días antes lo habían patoteado a Traverso, y le habían intentado tirar abajo la puerta de su casa con su familia adentro.
También recuerdo a Oscar Farías, Hector Pellizzi, Mauro Fernandez, Juan Sequeira y Mariano Fernandez, reunirse en la Casa del Pueblo con algunos compañeros más para intentar también una multisectorial que se plantara con otra voz frente a la hegemonía de los que se arrogaban el campo.
Tenemos que hacer algo, decíamos. Era como la canción de mi amigo Horacio Gambarte: "Eran los días de quererlo todo, de no saber como empezar, y allí íbamos hacía la vida, con banderas, con una señal"...
La señal que había en esos días, era tan debil, que había que tener mucha convicción para verla. Sin embargo, todas estas personas que nombré, y algun otro que me olvidé y que seguro me lo va a recriminar y que con todo gusto lo voy a aclarar, digo...  esas personas y yo supimos ver esa señal. Y no es poca cosa. Estuvimos.
Estuvimos y punto. Tampoco sirve demasiado para arrogarse nada. El que está y pone el cuerpo por una causa, lo hace sin que nadie se lo pida. Entonces después no pide nada.
Algunos, seguramente muchos más conocidos o más representativos, o más poderosos no estuvieron.
No estuvieron ni un poquito.
Algunos porque no se dieron cuenta de la señal, otros porque tuvieron miedo de perder sus pequeñas quintas y otros por la tibieza natural que proporcionan ciertos lugares de confort.
También los hub, de aquellos que simplemente no estuvieron por miedo, por no pelearse con familiares, con amigos, con vecinos. Agachaban la cabeza y se hacían los tontos.

Pero otros si estuvieron. Pero en contra. Yo conservo los recortes de diarios, algunos videos de Canal 10 y algunos audios de notas en LT 20 sobre esa época, donde era tan fácil estar en contra del Gobierno. Donde era una pavada ponerse a favor de la patronal sojera.

Hoy, todos, pero todos todos.... están con Cristina. En ese momento alcanzaban los dedos de las manos para contar a los que veían la señal.

¿Que digo? ¿No tienen derecho a legítimas aspiraciones políticas esos que estuvieron en contra? Claro que no. Tienen todo el derecho del mundo. La democracia lo permite y no se discute más.
Ahora bien. De la misma forma que quienes semana por medio hacían columnas de opinión pública a favor de los agropiqueteros destituyentes, tienen derecho a postularse a lo que quieran, cualquiera tiene derecho a no votarlos y a recordar públicamente a quienes si tuvieron convicciones y vieron esa señal.

El presente del Justicialismo local está mezcladito y variado. Algunos que estuvieron a favor están con los que estuvieron en contra y algunos de los que estuvieron en contra están con los que estuvieron a favor. También cada uno ha sumado apoyo de aquellos que no se dieron cuenta, o se equivocaron o se avivaron más tarde de la tremenda mentira agro patronal.  Parece incomprensible ¿no? ¿Porque no se unen todos los que vieron esa señal y  hoy que pueden verla todos muy clara ayudan a que se propague también en Junín?
Vaya a saber por que... pero no.

Pero lo importante es que las candidaturas no las hacen solamente los candidatos. Una candidatura no es nada sin el apoyo de la gente, del pueblo, del tipo de a pié. El tipo que está podrido de que se le arroguen esa representación. De manera tal que las candidaturas de "armados políticos" son para adentro. Por eso muchos impresentables se bajan... se tiran, desde donde nunca estuvieron. Y en Junín pasará lo mismo. Habrá definición sublime. El voto. Y punto.
Después veremos quienes vimos la señal, quienes trataron de no verla, quienes la vieron y se hicieron los distraídos y quienes no podrán verla jamás.

2 comentarios:

Oscar Marafuschi dijo...

Excelente la nota,siempre vale la pena recordar esos momentos que significaron el realineamiento de los ciudadanos, para uno u otro lado. En lo personal me desesperaba la no reaccion de la gente frente a la prepotencia de las patronales y buscaba deseperadamente la solidaridad de otros que como yo pensabamos que la 125 era un acto de justicia.

Anónimo dijo...

Porque a la hora del armado no son estupidos, vos por lo visto no entras en ningun armadito de esos, no arrimas ni un 5 %? Es la politica estupido